¡Qué buena cogida, carajo! ¡Qué buena cogida! Repetí un par de veces luego de abandonar el hotel de la hoja de maple. Por fin había conocido a Danna Luján.
Desde hace tiempo tenía guardado su contacto. Una semana antes le había pedido información. Fue una simple formalidad porque luego de revisar las recomendaciones de su servicio no cabía duda de que debía conocerla. Nos vimos en el hotel Montreal de Calzada de Tlalpan. Ahora que lo pienso nunca había hecho un depósito para reservar un servicio.
Pasé a un cajero y deposité $200 pesos de anticipo, mismo que Danna descontaría del arancel total.
Llegó puntual a la cita
La recepción del hotel no anunció su llegada. Tocó directamente a la puerta de la habitación. “Ya voy”, grité. Antes de abrir observé por la mirilla. Destacaba el brillo de una cabellera de color negro intenso.
Estaba ansioso de conocerla. Minutos antes de su llegada volví a ver sus fotografías. No pude evitar pensar que cuando llegara por fin podría chupar las enormes tetas que presume en sus redes sociales. Que le metería unas nalgadas en su terso y blanquecino culo. Que le acariciaría sus torneadas piernas y enredaría mis dedos en su lacia y larga cabellera.
Entra a la habitación, me da un beso en la mejilla y pasa a dejar sus cosas sobre el tocador. Al verla de espaldas mi mirada se enfocó en el contoneo de sus caderas, en sus nalgas y sus piernas torneadas. Me gustó mucho su silueta. Danna tiene un cuerpo estéticamente proporcionado.
Le comenté lo puntual de su llegada. Dijo que para ella el tiempo de sus clientes es muy importante. Siempre procura llegar puntual a las citas. Esta vez no fue la excepción.
Saca de su bolso un kit de limpieza y un gel lubricante
Luego de una breve charla, Danna se despoja de su vestido y toma la iniciativa. Su cuerpo sólo queda cubierto por unas mallitas sexys, tipo fishnet crop top, creo que así las llaman.
Comenzó a besarme con pasión y entrega. Ningún testimonio había dado cuenta de la intensidad de sus besos. Nos besamos varios minutos sin separar nuestras bocas.
Durante los besos me sorprendió sentir la textura de su piel. Le acaricié los brazos, la espalda, las piernas, las nalgas, el rostro. No sé cómo describir la sensación de mis dedos sobre su piel. Por lo general, las chicas jóvenes tienen la piel suave, pero la piel de Danna Luján es especial. Además de suave, su epidermis tiene una textura sedosa, aterciopelada al tacto. Años atrás había estado con una chica que tenía la piel similar. Tuve que conocer a Danna Luján para volver a sentir esa particular sensación.
Luego de perder el aliento de tanto besuquearnos, me pidió que me desnudara y que subiera a la cama. De rodillas sobre la cama seguíamos con los besos. No podía dejar de besarla. La tibieza de sus labios y la cadencia de su lengua son hipnóticos.
Solo pude separarme de su boca cuando me ofreció chuparle las tetas. Así estuve, chupando ese increíble par de chichotas.
Ya quiero cogerte
Me pidió que me acostara y que me pusiera cómodo. Me agarra el pene con la mano derecha y comienza a chupármela despacito. La postal de sus labios y boca engullendo lentamente mi verga quedan para la posteridad. La forma en la que lo hacía fue diferente porque concentraba su atención en la cabeza de mi miembro, justo en esas terminaciones nerviosas donde se tiene mayor sensibilidad. Llegué a sentir unos calambritos que me hicieron gemir de dolor y placer. La felatio fue a pelo, no hubo barrera de látex que se interpusiera entre mi pito y su boca.
Después de algunos minutos le pedí detenerse. Moría de ganas por penetrarla. Entonces retira lentamente su tanga, vierte un poco de lubricante sobre sus dedos y lo unta entre sus piernas. Me pone el condón y se sienta sobre mi con mucho cuidado.
Comienza a darse de sentones
Primero despacito y luego va incrementando el ritmo. Se veía hermosa: el color de su piel, sus tetas enormes, su rostro comunicando placer, el color de sus ojos, la sensación de su cabellera rosando mi pecho, el contacto con su vagina suave, húmeda, estrecha y rasurada. Al girar mi cabeza de lado pude ver la imagen de Danna Luján proyectada por los espejos laterales de la habitación. Pude contemplarla desde todos los ángulos.
Cambiamos de posición
Le pedí ponerse boca arriba para penetrarla de misionero. Ella sólo me decía: “sí mi amor. Sí, así mi amor”. Luego hicimos otro cambio de posición. Me puse de rodillas y coloqué sus piernas en mis hombros. De inmediato sentí cómo mi pene lograba entrar más profundo al centro de su cuerpo.
Para terminar, la coloqué de perrito. Estuve un rato gozándola en esa posición. Le acaricié las nalgas, la espalda. Sopesé sus chichotas con mis manos.
Terminé riquísimo.
Durante la plática de intermedio hubo un momento en el que sentí un impulso en mi verga. Verla desnuda me hizo regresar al estado de excitación inicial. Una mujer como Danna Luján suele producir ese efecto en los hombres y, seguramente, también en las mujeres. Me dijo que hacía tríos bien cachondos con una de sus colegas.
No podía terminar esta cita sin cogérmela de nuevo. Aceptó de inmediato cuando le pedí la segunda relación. Además, volvió a tomar la iniciativa. Se puso de pie y colocó una almohada sobre el piso para arrodillarse. Me pidió que me sentara al filo de la cama.
Danna se preparó para chupármela, pero la interrumpí. Antes quería volver a besarla. Así estuvimos un rato. Para mi, los besos atascados y profundos suelen elevarme el líbido, incluso más que una mamada. A los poco minutos de besarnos me la volvió a poner bien dura.
Me propuso hacerlo de frente al espejo
Me pone el condón y me dice: “yo creo que sí podemos, estás alto”. Entonces Danna se coloca de frente al espejo y sube su pierna derecha al tocador. Me pide que la penetre así. Le agarro la cintura y la comienzo a coger, sin tregua.
Al mirarme frente al espejo hubo un momento en el que no me reconocí. Vi un rostro que no era el mío, un semblante desencajado de placer. Al tenerla sostenida de la cintura de vez en cuando me quedaba embobado ante su hermoso culo.
Por instantes nuestras miradas se encontraban en el espejo. Durante las embestidas Danna comenzó a mojarse bien cabrón. Las penetraciones emitían un sonido acuoso, un chasquido de fluidos que escapaba entre las piernas de mi puta hermosa.
Mi cuerpo no podía continuar en esa posición, así que le pedí cambiar.
Entonces comencé a penetrarla de misionero. Después de unos minutos sentí un dolor en el vientre, una especie de calambre. No quise forzar mi cuerpo entonces le pedí masturbarme y venirme sobre sus pechos perfectos.
Ella tendida sobre la cama y yo de rodillas, así comencé a masturbarme. Me puse gel lubricante y estuve unos minutos jalándomela con vigor, viendo el rostro de Danna, sus tetas, viéndola meterse los dedos para masturbarse.
Finalmente, pegué un alarido de placer dirigiendo mi verga sobre sus tetas. La intensidad de mi orgasmo me impidió ver cómo eyaculaba. Fue después que pude contemplar todos mis fluidos embarrados en sus tetas y otro tanto escurriendo hasta llegar a la cama.
La despedida
Antes de abandonar la habitación Danna me pidió que nos bañáramos juntos. Fue un lindo detalle poco visto en este medio. Ver la figura de Danna Luján en la regadera fue el plus de este histórico encuentro.
Sin duda, puedo afirmar que esta ha sido una de las experiencias más completas desde que comencé a contratar escorts hace más de 10 años. La atención de Danna Luján es ejemplar, una experiencia total. Pocas mujeres tienen la virtud de reunir en una sola persona la atención, la amabilidad, el carisma, el cuerpo, la belleza, la pasión, la perversión y la cachondez.
Antes de salir de la habitación y revisar que no se me olvidara nada, pude notar las marcas de sudor que dejaron las manos y la pierna de Danna cuando se apoyó sobre el tocador para que la cogiera.
Entregué la llave en recepción y salí caminando sobre Calzada de Tlalpan. ¡Qué buena cogida, carajo! ¡Qué buena cogida! Repetí un par de veces tras caer en un estado de paz y tranquilidad.
Información Danna Luján Escort
Escort | Danna Luján |
@DannaLujan10 | |
Hotel | Montreal |
Fecha | 2022 |