Nunca he tenido la suerte de ganar una rifa. El azar jamás me ha favorecido. ¿Por qué ahora deberían cambiar las cosas?
A mediados de julio de 2023 vi el perfil de Fanny milcolores o Fanny Sosa. Al escrolear por sus publicaciones te das cuenta de que el servicio que ofrece es una garantía. Su cuenta de Twitter, no le voy a decir “X”, tiene una muy buena interacción entre usuarios. Tiene muchos comentarios, fotos explícitas y reseñas breves que relatan el buen servicio de Fanny. Supe que debía contratarla.
Después de seguirla por varios días me llamó la atención que organiza rifas de servicios sexuales. En su timeline comparte el enlace a un grupo de whats donde realiza las dinámicas. El grupo está conformado por cientos de chicos entusiastas en espera de comprar un boleto. No exagero.
Recuerdo que Fanny había publicado las fechas para la rifa del servicio. Nunca había participado en un sorteo cuyo premio mayor sería una hora de placer. Pensé un poco: de no resultar ganador los $200 pesos del boleto se abonarían al servicio. No había nada que perder. De todas formas, tenía pensado contratarla.
Escogí el número 9
Estuve atento una vez que Fanny avisó el día y la hora de la rifa. La dinámica es sencilla: Fanny anuncia la disponibilidad de diez números. Depositas a un número de cuenta y subes la captura de pantalla con el comprobante y el número que has elegido. Me impresionó ver la rapidez con la que los boletos vuelan. No dejan de llegar las capturas de pantalla con los depósitos de $200 pesos. Por los comentarios, supe que hay quienes llevan cuatro o cinco veces participando y nunca han ganado. Creo que es una buena estrategia de mercadotecnia porque de esta forma garantizas la captación de potenciales clientes que seguramente no querrán perder sus $200 pesotes.
No pensé en un número cabalístico, tampoco busqué el número de una fecha especial. Solo elegí el número 9. Hice mi pago y lo compartí en el grupo. Recién me dio risa al revisar mi estado de cuenta bancario y ver un depósito cuyo concepto decía “RifaFanny”.
Pasaron varios días para que Fanny realizara el sorteo de la rifa. Llegado el día, en un bowl de cristal introdujo los 10 números. La cámara de su teléfono enfocaba a la perfección cada uno de los números. Hay que decir que el método del sorteo acreditaba todos los estándares de transparencia que debe cubrir cualquier evento de esta naturaleza. Además de la urna transparente y los números escritos en papel, la cámara apuntaba directamente a las hermosas tetas de Fanny, mismas que te obligaban a no parpadear y no perder cada detalle del proceso.
Inicia el sorteo
“Tres números participan: el primer y el segundo número no ganan. El tercer número es el ganador”, así dijo Fanny antes de poner en marcha la tómbola sexual de “luz y de color”.
Tras descartar los dos primeros números y apunto de anunciar al ganador sentí cómo mi corazón latía rápidamente. No podía creerlo. ¡Pegué un salto de emoción: mi número había ganado!
De todos estos años de contratar escorts nunca pasó por mi cabeza que ganaría una rifa para coger gratis. El número ganador incluía todos los servicios extras que Fanny ofrece en un servicio convencional: grabar y tomar fotos del encuentro, oral natural y anal.
Al anunciar que había ganado varios miembros del grupo me felicitaron. Pude darme cuenta de que las rifas de Fanny gozan de una buena fama en el medio. Además de rifas de una hora de servicio, Fanny también organiza rifas de una noche completa.
Cobrar el premio no fue sencillo
Pasaron por lo menos unas tres semanas para acordar una fecha. Nadie puede ponerse exquisito cuando se trata de un servicio gratis. Tuve que mostrarme paciente. Sabía de antemano que esta chica siempre tiene una agenda ocupada, bueno creo de alguna forma todos tenemos el tiempo medido.
Acordamos la cita en el Hotel Montreal
Si fijar la fecha fue un poco complicado, acordar la hora del encuentro tuvo también algunos inconvenientes. Fanny me cambió la hora un par de veces. Ante las condiciones extraordinarias de este servicio supe debía mostrarme flexible. No hice panchos. Eso sí, en un servicio normal ya le hubiera cancelado.
En el whats había leído algunos comentarios de otros afortunados. Señalaban que Fanny llegaba un poco tarde a la cita, pero que era seguro y que además valía la pena esperar.
Fanny se comunicó un par de veces conmigo. Dijo que llegaría en 10 min. En este escenario el tiempo es relativo. Los 10 minutos de retraso pueden convertirse en 20, en 30, en 40. Así sucedió.
Para hacer menos agobiante la espera puse un poco de música. Abrí la aplicación de Spotity en la SmartTV. Me dio risa ver que había muchas cuentas de usuario disponibles. Hay que tener la precaución de cerrar la sesión de las aplicaciones luego de usarlas en los hoteles. Aproveché el descuido de algún huésped y puse una playlist de Amy Winehouse. Lo mismo pasó con las apps de Youtube y de Netflix: ambas con varias sesiones sin cerrar.
Contratar a una escort que ofrece “trato de novios” se ha convertido en una pinche ironía. Me acuerdo de que en varias citas mi exnovia me hizo esperarla hasta una hora. Algunas reseñas relatan que incluso varias escorts llegan enojadas a los servicios, también una actitud típica del “trato de novios”.
Llegar tarde a un encuentro sexual no solo atenta contra el tiempo de los clientes, de igual forma rompe un poco con el encanto y la emoción cuando sabes de antemano a qué hora va a llegar tu puta al hotel. El deseo sexual se apacigua a causa de la frustración que provoca una larga espera. Seguro a Penélope ni le pasó por la cabeza cogerse a Odiseo luego de esperarlo por 20 años.
Fanny toca a la habitación
La espera había terminado. Le abrí la puerta y me saludó con un beso en la mejilla.
Al principio costó un poco de trabajo romper el hielo. A su llegada, Fanny se disculpó por la demora, luego dedicó unos minutos a revisar su teléfono. Una vez resuelto esto me invitó a recostarme en la cama. Platicamos un poquito.
Aquella noche Fanny traía puesto un vestido negro y largo. La recuerdo con escaso maquillaje y unas pestañas postizas. Algo que siempre me sedujo desde que vi sus fotografías fueron sus tacones amarillos con unos largos listones a los que ata alrededor de sus piernas.
Besos atascados
Los besos apasionados de Fanny me hicieron olvidar de inmediato el trago amargo de la espera. Besar es redención. Literal, los besos de Fanny no dan respiro. Cuando intentaba separarme para tomar aire o cambiar de posición, ella me sujetaba de la cabeza y me volvía a arrejuntar a su boca. Me gustó la forma en que lo hacía: con tacto y delicadeza al tiempo que con autoridad. El tacto preciso para sentirse seducido. Estuvimos muchísimo tiempo besándonos. Me sentí bastante cómodo en esa situación que quise prolongarla el mayor tiempo posible.
Lo mismo ocurrió cuando comencé a chuparle las tetas. No me dejaba despegarme ni para tomar aire. Le hociqué las chichis hasta el cansancio. Tenía tiempo que no me tocaba una escort con las tetas grandes y naturales. Rememoro la manera en que con mis manos sujeté ese par de chichotas y las restregué firmemente en mi cara. Momentos antes de su llegada yo ya había fantaseado con esta escena.
Durante el fajoneo le metí la mano por debajo del vestido, quería tocarle las nalgas. Me di cuenta de que Fanny no traía ropa interior. Encima solo traía puesto el vestido. Me ahorró el trabajo de despojarla de su pantaleta y su brasier.
Fanny es una mujer cuya proporción corporal la favorece enormemente. Para decirlo de forma simple y vulgar: tiene unas tetas y un trasero grandes.
Le pedí que comenzáramos a coger. Tomó el condón que puse en uno de los burós laterales y me lo puso despacito. Colocó una almohada en la cama y se recostó viéndome fijamente a los ojos. Abrió las piernas y me invitó a que la penetrara.
Después de gozarla en esa postura me pidió que la follara en cuatro. Antes de penetrarla le acaricié sus hermosas nalgas y se las comencé a besar. Escurría desde el centro de su cuerpo. Tras varias embestidas y mirarme a mí mismo a través del reflejo de los espejos laterales, me di cuenta de que justo cuatro días antes me encontraba en esa misma posición, con el mismo deseo sexual, en el mismo hotel, con una puta diferente.
Volvimos a cambiar de posición. Me recosté en la cabecera de la cama y Fanny me montó.
Me pareció tierno que cuando terminamos me sujetó de la mano para que la abrazara mientras ella veía su teléfono. Fue un momento de tierna intimidad que no es común encontrar en las chicas de este medio. La última vez que me sucedió algo similar fue con mi novia Angie Boom.
Volvió a sucederme
La plática con Fanny se extendió demasiado. Platicamos muchísimo tiempo. Me enteré de pormenores de su vida y de los planes que pretende realizar en el futuro. Creo que tengo que ser más impulsivo y saber cuándo interrumpir una conversación. Dejar que hable la libido y censurar la cortesía. Al final terminó la hora y me quedé con ganas de otra relación.
La frustración que sentí al final fue menor porque esta cogida había sido “gratis”.
Información de Fanny Milcolores
Escort | Fanny Milcolores o Fanny Sosa |
@FannySo51915706 | |
Hotel | Montreal |
Fecha | Julio de 2023 |