Llega el día en la vida de un caballero en la que tener una experiencia sexual con una teen se convierte en una fantasía impostergable. A principios de este 2020, por fortuna antes del inicio de la pandemia, contacté a Cohen Rubi (antes Rubita Conte, luego Honey_rebe, ahora honey_becaa). Las fotos y los vídeos que publica me despertaron un fuerte deseo por conocerla. El marketing sexual funciona, sobre todo el erótico, el que muestra sólo lo necesario pero no lo esencial.
La cita fue en el hotel Pirámides Narvarte, el de Eje central. No fue sencillo concertar la cita. Al menos antes de la pandemia, Cohen Rubi tenía una agenda bastante saturada y sólo atendía en determinados hoteles.
Aquel día llegué temprano al hotel. Pedí unos tragos y luego pasé a ducharme. Pocos minutos antes de la hora acordada comenzó a enviarme mensajes diciendo que ya estaba a unos minutos. Pasó poco más de media hora y no llegaba.
Suena el teléfono y autorizo su acceso
Al abrir la puerta debo decir con franqueza y respeto que su aspecto no me sorprendió. Mis anteriores encuentros habían puesto la vara alta. Traía puestas una blusa y unos jeans. Incluso pude notar que su cabello estaba descuidado, un poco desaliñado, la verdad. Al ver su rostro de cerca pude notar que, en efecto, estaba ante una auténtica Escort Teen. Tuve la impresión de estar frente a una niña adolescente, una niña tímida, tierna, “sumisa y complaciente” tal y como ella se autodefine en sus redes sociales.
Al entrar dejó su bolso sobre la silla y comenzó a desnudarse sin previo aviso. Ni siquiera pidió su arancel, aunque seguro lo vio encima de la mesa de la habitación. Parecía no querer perder tiempo, compensar de alguna forma su tardanza. Al momento de su llegada no quedé sorprendido, pero al verla en lencería mi anterior percepción cambió por completo, incluso mi percepción de lo que es la belleza del cuerpo de una mujer.
Luego de quitarse la ropa y quedar en lencería se acercó decididamente hacia mí. Sin aviso alguno comenzó a besarme apasionadamente. No dijo nada, sólo me tomó del cuello y comenzó a besarme. Besos entregados, besos profundos, como los de una novia de la prepa. Me sentí completamente envuelto por ella. Pudo haber hecho lo que quisiera conmigo; yo le pertenecía. Labios grandes y carnosos. Labios desproporcionados al tamaño de su rostro y su cuerpo, lo que resulta sumamente sensual y sexy. De rostro ella es muy bonita, claro que sí.
Durante el faje comencé a desnudarla. Primero la despojé de su sostén. Chupé sus pezones, pequeños y redondos. Húmedos, los besaba y con movimientos circulares los rosaba con la punta de mis dedos. Primero el pezón derecho; luego el izquierdo. Una y otra vez. Ella sólo gemía. Después de saciarme con sus pechos me coloqué de rodillas y descendí con besitos huérfanos por sus costillas hasta llegar a una pequeña joya que lleva sobre su ombligo. Acerqué mi rostro a su vientre, la tomé de la cintura y la giré suavemente.
Fue una obligación frotar mi cara sobre su hermoso culo. Sentir al mismo tiempo la rugosa textura de la sensual lencería y la suave piel de sus nalgas. Un culo perfecto: suave, firme, erguido, ni grande ni pequeño. Un culo hecho con la proporción aurea.
Nos subimos a la cama y los dos, hincados, seguíamos besándonos. Al tiempo de los besos ella me masturbaba con vigor mientras yo le acariciaba el culo y metía mis dedos en su vagina húmeda y tibia. Pude haber estado toda la tarde en esa posición pero debíamos seguir escalando el deseo sexual.
Me recuesto y comienza a mamarme la verga. Sin titubeos ni recato la engulló toda dentro de su boca. Le pedí se pusiera en 69 para acariciarla y verla en esa posición. Luego de unos minutos la interrumpí, me puse el condón y le pedí se recostara en la cabecera de la cama. No podía esperar más tiempo. Comencé a penetrarla en la posición de misionero. La embestí con fuerza; ella gemía y me abrazaba con sus brazos y sus piernas. Al cambiar de posición simplemente la sujeté con un brazo y la coloqué sobre mí. Ella es pequeña y ligera al grado que uno puede cargarla con facilidad. Finalmente no pude soportar tanta excitación y estallé dentro de ella. El orgasmo fue delicioso.
Luego de la primera relación la plática fluyó de manera natural. Como ocurre con algunas escorts, de hecho pocas, parecía que nos conocíamos de tiempo atrás. Incluso ella llegó a comentarme que yo le inspiraba confianza, gesto que agradezco y que sin duda fue recíproco. Le pregunté cómo una mujer tan hermosa había llegado al medio. Obvio: los problemas económicos en el 99% de los casos lo explica. Sin embargo, su caso me resultó interesante porque la amiga que la introdujo en el ambiente escort la estuvo de alguna forma explotando. Me contó que hubo ocasiones en la que ella atendía a los clientes y su amiga cobraba los servicios. Ante tal situación tuvo que independizarse.
Todo esto ella me lo relataba estando desnuda, recostada en la cama y mirándome de frente. Su figura se veía increíble. Tiene un cuerpo hermoso. No exagero, una figura que amerita inmortalizarse en una escultura o en un pintura. La silueta que proyectaba me recordó de inmediato a la famosa pintura de “La maja desnuda” de Velázquez.
Antes de iniciar la segunda relación nos metimos a bañar. Justo al salir del baño comenzamos a besarnos con desenfreno. De nuevo me envolvió la sensualidad de sus labios. Incluso al escribir estas líneas resurge un fuerte deseo por volver a besarla. Tras los besos y el inminente final del encuentro tuvimos que darnos prisa. Antes de penetrarla volvió a mamarme la verga, la ensalivó, la trató con ternura y lascividad. Después de varios meses del encuentro, ella escribiría en su twitter que los hombres con el miembro y los huevos rasurados se merecen una buena mamada, literal. Confirmé que lo que escribe no es a la ligera.
Para terminar le pedí ponerse en cuatro, una de sus posiciones favoritas. Primero, la penetré lentamente, entré con suavidad, con el trato que exige su delicado y pequeño cuerpo. Sin embargo, poco a poco esa ternura sexual se convirtió en un deseo desmedido por embestirla violentamente, por nalgearla, por reventar sus hermosas nalgas como si el mundo fuera a terminar esa misma noche. El desenlace fue inminente. Estallé dentro de ese cuerpo de teen. Luego de un momento de reposo ella se levanta y entra a la ducha. Debía cumplir con la fantasía de otro cliente.
Nos despedimos.
Pude cumplir mi fantasía de estar con una teen. Sin duda tuve suerte de haberlo hecho con Rubi Cohen. La experiencia de una Milf en el cuerpo de una Teen.